El transporte sigue siendo la deuda

Transcurrido el primer año de gestión de la intendencia de Giacomino, la percepción que tienen los cordobeses sobre el Servicio Público de Transporte continua siendo negativa. Se puede constatar esto a partir de un estudio realizado por la UE Siglo21 y publicada en La Voz del Interior, o simplemente en cualquier parada mientras se espera el colectivo que se digne a parar a recoger los usuarios.

En un año cargado de múltiples conflictos (primero con los taxistas, luego con el propio gremio de empleados municipales -SUOEM-), la política municipal -en este punto- podría resumirse del siguiente modo. Luego del fallido intento de subir la tarifa del Transporte Masivo de Pasajeros, donde votó en contra su propia mayoría, la promesa electoral de mejorar este servicio comenzaba a complicarse. Luego sí, se compraron algunas unidades nuevas y se instaló las líneas diferenciales (con un arranque también en negativo, la tarifa que empezó constando $ 5 terminó bajando a $ 3,50 luego del primer mes).

Sabido es que el estado del servicio de transporte de pasajeros es un lastre que los cordobeses acarrean desde la época del lamentable período en que Germán Kammerath dirijía los destinos de la ciudad desde el Palacio 6 de Julio. Si bien el servicio se ha ido 'normalizando' desde hace algunos años, lejos está la ciudad de Córdoba de contar con el sistema de transporte ejemplar de años atrás. O mejor dicho, con el que deberíamos tener los habitantes de esta ciudad en estos años. Un transporte que estimule distintas alternativas, que facilite la integración de la ciudad, desaliente el uso del automovil, sea respetuoso del medio ambiente y de aquellos que -por opción o necesidad- eligen un medio como la bicicleta para trasladarse a su lugar de trabajo, de estudio o simplemente la usan por mero disfrute.

Desde este espacio vemos como un hecho auspicioso los anuncios sobre la puesta en funcionamiento del Ferrourbano antes de julio de 2009. Con mayor entusiasmo esperamos también se materialicen las promesas electorales de ampliar las redes de bicisendas y mejorar las existentes. Soñamos despiertos y nos movilizamos para que algún día esto se concrete y se incorpore a la bicicleta como una pieza importante dentro del Sistema de Transporte Público.